Puede que la opción más rápida para ti haya sido hasta el momento limpiar el coche en una máquina de autolavado, pero no es la más recomendada. Es más fácil que se queden marcas en la carrocería, además del gasto que tiene cada vez que vas a lavarlo.
Y aunque puedas ahorrar tiempo en su limpieza exterior, debes limpiar el coche también por dentro, así que lo más adecuado es limpiar tu vehículo tú mismo, dentro y fuera. La época de verano es la mejor excusa para dedicarle un rato a esta tarea y dejar tu coche como el primer día.
Del mismo modo que hacemos en el hogar, lo más recomendado es empezar de dentro para pasar finalmente a fuera. Es decir, comenzar limpiando todos los elementos del interior del coche y por último, lavar la carrocería y toda la parte exterior.
El primer paso para limpiar un coche por dentro es quitar la suciedad superficial con un paño húmedo. Debes tener en cuenta los materiales que tienes en el interior de tu coche para usar productos adecuados a ellos: piel, cuero, plástico… Puedes utilizar un limpia salpicaderos, que se venden habitualmente en toallitas húmedas o en bote para aplicar con un paño.
Una vez que ha ido cayendo todo el polvo y otras partículas en esta primera limpieza superficial, hay que retirar las alfombrillas y reposapiés. Sácalas fuera del coche y, siempre que te sea posible, límpialas con agua. Al ser de goma, es lo más rápido y eficaz para que queden perfectas. Además, las dejas secar al sol y puedes continuar con el resto de tareas de limpieza del vehículo mientras.
Si no puedes lavarlas con agua, aspira las alfombrillas y reposapiés y haz lo mismo con el resto del interior del coche. ¿Qué debes limpiar? Ceniceros, puertas, debajo de los asientos, guantera, y una parte del coche que también acumula mucha suciedad: el maletero. En el caso de que tu vehículo la tenga, extrae la bandeja para tener más libertad de movimientos al aspirarlo y que los resultados sean mejores.
Si la tapicería del vehículo lo permite, aspírala, sobre todo en las costuras y zonas de difícil acceso que es donde se suele acumular más suciedad. Hay productos específicos para tapicerías, así que en el caso de tener alguna mancha que eliminar, comprueba previamente que puedes utilizar ese producto en ese material.
Uno de los imprescindibles de limpiar un coche en el interior es dejar los cristales en perfectas condiciones. Si tienes niños o mascotas suelen ensuciarse con mayor facilidad, ya que dejan manos, huellas, la humedad del hocico… Una forma muy sencilla de que queden limpios es usar un limpiacristales y secarlos con un paño de algodón con movimientos circulares.
Para lavar el coche tú mismo por fuera, debes hacer los mismos pasos que sueles hacer con cualquier tipo de lavado con agua: primero remojar, después enjabonar y por último, aclarar. Así que el primer paso es que des un repaso solo con agua a toda la parte exterior, para poder eliminar la primera capa de suciedad más fácil de eliminar. Recuerda que si vas a lavar el coche a mano, siempre hay que hacerlo de arriba, hacia abajo.
Después, hay que enjabonar el coche y darle con una esponja o cepillo, que en cualquier caso sean suaves para no dejar marcas ni dañar la carrocería. Lo más cómodo es dejarlo secar al aire, pero si quieres un acabado perfecto, pásale un trapo de microfibra para secarlo a mano. Al eliminar el agua que ha quedado tras el aclarado, evitas que queden marcas del agua.
Y no debes olvidarte de una parte fundamental de tu vehículo: las ruedas. Muchas veces en el lavado del coche se pasa desapercibido esta parte ya que suelen mojarse al caerles todo el agua de la carrocería. Pero no hablamos de la limpieza de la goma, hay que limpiar también las llantas. Para este paso, puedes usar productos específicos para llantas o usar un quitagrasas. Si las llantas y los bajos del vehículo están muy sucios (generalmente porque has pasado por caminos de barro), puedes usar una escoba vieja para ayudarte en la limpieza.