El hipoclorito de sodio es un compuesto químico, de fórmula NaCIO, que contiene cloro en estado de oxidación. También se denomina así a la lejía, que es básicamente hipoclorito de sodio disuelto en agua.
Al ser un fuerte oxidante, es ideal para ser utilizado como un potente desinfectante y también como blanqueante, ya que destruye muchos colorantes.
El hipoclorito de sodio es un compuesto que debe emplearse con mucho cuidado a la hora de la limpieza de superficies. Debe mantenerse alejado de cualquier ácido o amoniaco, ya que puede formar sustancias tóxicas y perjudiciales para la salud. A la hora de manipular esta sustancia es altamente recomendable disponer de una protección especial en cuerpo y cara para prevenir problemas mayores.
El hipoclorito sódico se elabora por un proceso de electrólisis en el que intervienen elementos como la sal, el agua y una cuba electrolítica. En esta cuba se encuentran dos polos, uno positivo y otro negativo. El positivo desprende cloro en estado gaseoso, que se recupera para la fabricación del hipoclorito, y el polo negativo que confiere hidrógeno que acaba desestimándose.
A continuación, en otra cuba se mezcla agua con una parte proporcional de hidróxido sódico, y se introduce el gas cloro procedente de la cuba de electrólisis, obteniendo como resultado el hipoclorito de sodio, que también se conoce como lejía.
El hipoclorito de sodio sirve para limpiar superficies, blanquear la ropa blanca, lavar las verduras, desinfectar el agua de consumo humano, reducir las posibilidades de contaminación de virus, parásitos y bacterias... Este compuesto químico tiene múltiples usos, es por ello que es tan versátil y tan demandado por los usuarios, siendo el más demandado el de la desinfección. En los últimos tiempos donde la limpieza se ha vuelto más que necesaria, el hipoclorito de sodio ha alcanzado gran popularidad.
La preparación de desinfectantes para la limpieza profunda de las superficies es un tema que está en auge, y más tras la reciente aparición de la Covid-19.
El hipoclorito de sodio es una de las soluciones más eficaces para desinfectar todo tipo de espacios, es por ello que los usuarios buscan maneras de poder emplear este compuesto de forma adecuada, para poder garantizar la seguridad de las estancias donde convergen un gran número de personas.
Para lograr la concentración deseada, el hipoclorito de sodio se obtiene mediante una mezcla de cloro con un solución de hidróxido sódico en medio acuoso, con el objetivo de alcanzar la concentración final necesaria.
Para preparar una solución de hipoclorito sódico, debemos fijarnos en la concentración de cloro activo que indica el etiquetado del envase. Por ejemplo, para una solución de 37 gramos por litro de cloro activo, obtenemos un 3,7% de cloro activo.
La concentración de hipoclorito de sodio al 0,1% se corresponde con una concentración de 1.000 ppm (partes por millón) o mg/l.
Dependiendo de la concentración de hipoclorito sódico que deseemos obtener, deberemos utilizar un volumen y una concentración específicas de solución.
La concentración de hipoclorito de sodio para desinfectar superficies con material orgánico será del 1% (10g/l o 10.000 ppm), mientras que para desinfección general de superficies sin materia orgánica será de 0,5% (5g/l o 5.000 ppm).
El hipoclorito de sodio se puede utilizar para la desinfección de todo tipo de superficies, agua, ropa... Es un compuesto que ha alcanzado gran importancia, en especial tras la irrupción de la Covid-19, por su alto poder de desinfección.
Como ya hemos dicho, dependiendo del uso que le vayamos a dar necesitaremos una concentración específica.
Es importante que, a la hora de trabajar con hipoclorito sódico, tengamos cuidado y nos protejamos la piel y el rostro para impedir entrar en contacto con él.
Cuando desinfectamos superficies que puedan contener material orgánico, se necesita una concentración más elevada del hipoclorito, que nos garantice el poder eliminar de forma completa cualquier microorganismo. Según el uso al que le vayamos a dar, será imprescindible informarnos adecuadamente para poder trabajar con el compuesto.
El poder desinfectante del hipoclorito sódico reside en su baja estabilidad cuando se encuentra en una solución acuosa, y en su alto poder oxidante. Cuando un compuesto tiene poca estabilidad, esto significa que reacciona muy fácilmente con otras moléculas, dando lugar a nuevos compuestos. Cuando decimos que el hipoclorito tiene poder oxidante, esto quiere decir que el compuesto genera oxígeno, que posteriormente hace reacción con su entorno. Estas reacciones pueden desencadenar diferentes procesos que generen vapores o gases, y que pueden ser muy perjudiciales para la salud humana si no se tiene cuidado en su manipulación.
Es por ello que, a la hora de utilizar hipoclorito de sodio, se tenga en cuenta las instrucciones de dilución del fabricante, para poder agregar la cantidad de agua necesaria que reduzca la concentración de hipoclorito.
El hipoclorito de sodio contiene cloro en estado de oxidación, por lo que podría decirse que ambos guardan relación. Al diluir el cloro en una disolución acuosa obtenemos el hipoclorito de sodio; lo que popularmente se conoce con el nombre de lejía.
El cloro ha sido una sustancia muy empleada para la desinfección de todo tipo de superficies, siendo su aplicación más popular la de la desinfección de piscinas.
Su bajo coste y su alta eficacia desinfectante hacen que sea un compuesto muy empleado. Su uso más frecuente es el del tratamiento y potabilización de aguas.
Podemos comprar hipoclorito de sodio en numerosos sitios, como supermercados, droguerías... o incluso en canales de venta on-line. Este producto, al ser tan demandado en la actualidad para la desinfección de superficies, está disponible para todo el mundo a un precio muy reducido.
También existen pastillas de uso doméstico, que se utilizan para desinfectar el agua, disolviendo una pastilla en un litro de agua.
Debe prestarse atención al tipo de hipoclorito que se compra, ya que también se vende en formato de sal, soluciones o pastillas, que son empleadas para desinfectar cisternas, pozos y para el tratamiento de piscinas. En estos casos la concentración de hipoclorito de sodio es mayor, pudiendo causar problemas de salud si se manipula de forma incorrecta.